Educación artística y patrimonial
Muy a menudo, al pensar en patrimonio pensamos en elementos muy conocidos de aspecto monumental. De hecho, cuando tecleamos patrimonio cultural en Google y buscamos imágenes estas de abajo son las primeras que nos aparecen.
Es cierto que esto sea patrimonio, pero no lo es todo, ni tan siquiera es lo más importante.
Es cierto que esto sea patrimonio, pero no lo es todo, ni tan siquiera es lo más importante.
¿Qué puede ser patrimonio?
El elemento patrimonial es seleccionado por alguien como tal; por tanto, la respuesta depende de quién la conteste y en qué se base para contestarla. Depende de la mirada de esta persona y de los intereses y valores que tenga en ese momento. En el proyecto Aprendiendo con arte patrimonio y sociedad podemos ver claramente la idea del patrimonio como selección subjetiva: los niños y niñas de una escuela rural tienen que llegar a consenso sobre que cinco elementos son patrimonio en su pueblo. Cada uno tiene sus propias elecciones, mirándolas desde su perspectiva personal y les cuesta llegar a acuerdo para decidir qué es lo que van a escoger como patrimonio. De la misma manera ocurre a nivel más global: patrimonio es porque alguien ha decidido que sea, y como depende de quien lo mire no es fácil determinar lo que es y lo que no.
Es la mirada de muchos la que configura el bien patrimonial: la de quien lo diseñó, la de quién lo mandó hacer, la de quien lo vivió, la de quién lo cuenta y lo escucha, la de quién lo vive. No podemos olvidar esta última idea ya que lo contemporáneo también puede ser patrimonial.
Del hecho de que el patrimonio dependa de la mirada podemos deducir que es intrínseco a su relación con las personas; al hablar de patrimonio hablamos de sentimientos de propiedad, de pertenencia, de identidad, y todo esto no puede separarse del individuo y del grupo. Es el interés humano el que convierte en algo en patrimonial. Así pues, como expone Olaia Fontal, la educación se centrará en esta esencia que son las personas, mediante la idea en la que "cualquier contenido educativo puede pretender ser patrimonial y formar parte de los referentes identitarios de las personas".
La educación tiene la tarea de acercar el patrimonio cultural, propio y ajeno, a nuestros alumnos y alumnas. Acercar implica sensibilizar acerca de la necesidad de cuidarlo y entenderlo.
El Ayuntamiento de Altsasu decidió hacer esto cuando se planteó la intervención del artista navarro Txuspo Poyo en un espacio público del pueblo- el proyecto de la casa del árbol. Así pues se diseñaron una serie de actividades en las que se buscaba hacer llegar el proyecto a los habitantes del pueblo, para que así lo entendieran y lo hicieran suyo. De estas actividades me gustaría destacar una en la que dentro de un espacio distintos grupos iban a diseñar lugares para esconderse. Ningún grupo terminaba lo que había comenzado, de tal forma que esta tarea quedaba para el siguiente. De esta manera, el lugar no era solamente suyo, pero sí en parte.
El objetivo de las diferentes intervenciones educativas era crear experiencias para que fuera cada persona la que le diera valor al proyecto, y no le diera valor porque otros han dicho que lo tiene. Consistía en conectar de forma personal con esos objetos artísticos.
Esto mismo es lo que se debe pretender abordar en la escuela. Enfocando la educación artística desde lo patrimonial, conseguir que los niños y niñas desarrollen su propia mirada, construyendo su identidad y sistema de valores mediante la configuración de un patrimonio artístico tanto individual como colectivo.
Para ello, acercando a los alumnos y alumnas su propio patrimonio, se puede conseguir que entiendan los diferentes tipos de patrimonio y cómo se configura su valor. Esto nos lleva a la importancia de que el maestro o maestra conozca el contexto en el que está la escuela. Es muy frecuente que los y las docentes que trabajen en pueblos, solo vayan al pueblo para trabajar, y no se hayan molestado en conocer qué ocurre fuera de las cuatro paredes de la escuela. Creo que todos y todas deberíamos ser responsables de interesarnos por conocer el ambiente en el que nuestro alumnado se mueve, y así tener más y mejores herramientas. ¿Cómo vamos a ayudarles a construir su identidad si ni siquiera sabemos cuáles son las tradiciones de su pueblo?
El elemento patrimonial es seleccionado por alguien como tal; por tanto, la respuesta depende de quién la conteste y en qué se base para contestarla. Depende de la mirada de esta persona y de los intereses y valores que tenga en ese momento. En el proyecto Aprendiendo con arte patrimonio y sociedad podemos ver claramente la idea del patrimonio como selección subjetiva: los niños y niñas de una escuela rural tienen que llegar a consenso sobre que cinco elementos son patrimonio en su pueblo. Cada uno tiene sus propias elecciones, mirándolas desde su perspectiva personal y les cuesta llegar a acuerdo para decidir qué es lo que van a escoger como patrimonio. De la misma manera ocurre a nivel más global: patrimonio es porque alguien ha decidido que sea, y como depende de quien lo mire no es fácil determinar lo que es y lo que no.
Es la mirada de muchos la que configura el bien patrimonial: la de quien lo diseñó, la de quién lo mandó hacer, la de quien lo vivió, la de quién lo cuenta y lo escucha, la de quién lo vive. No podemos olvidar esta última idea ya que lo contemporáneo también puede ser patrimonial.
Del hecho de que el patrimonio dependa de la mirada podemos deducir que es intrínseco a su relación con las personas; al hablar de patrimonio hablamos de sentimientos de propiedad, de pertenencia, de identidad, y todo esto no puede separarse del individuo y del grupo. Es el interés humano el que convierte en algo en patrimonial. Así pues, como expone Olaia Fontal, la educación se centrará en esta esencia que son las personas, mediante la idea en la que "cualquier contenido educativo puede pretender ser patrimonial y formar parte de los referentes identitarios de las personas".
La educación tiene la tarea de acercar el patrimonio cultural, propio y ajeno, a nuestros alumnos y alumnas. Acercar implica sensibilizar acerca de la necesidad de cuidarlo y entenderlo.
El Ayuntamiento de Altsasu decidió hacer esto cuando se planteó la intervención del artista navarro Txuspo Poyo en un espacio público del pueblo- el proyecto de la casa del árbol. Así pues se diseñaron una serie de actividades en las que se buscaba hacer llegar el proyecto a los habitantes del pueblo, para que así lo entendieran y lo hicieran suyo. De estas actividades me gustaría destacar una en la que dentro de un espacio distintos grupos iban a diseñar lugares para esconderse. Ningún grupo terminaba lo que había comenzado, de tal forma que esta tarea quedaba para el siguiente. De esta manera, el lugar no era solamente suyo, pero sí en parte.
El objetivo de las diferentes intervenciones educativas era crear experiencias para que fuera cada persona la que le diera valor al proyecto, y no le diera valor porque otros han dicho que lo tiene. Consistía en conectar de forma personal con esos objetos artísticos.
Esto mismo es lo que se debe pretender abordar en la escuela. Enfocando la educación artística desde lo patrimonial, conseguir que los niños y niñas desarrollen su propia mirada, construyendo su identidad y sistema de valores mediante la configuración de un patrimonio artístico tanto individual como colectivo.
Para ello, acercando a los alumnos y alumnas su propio patrimonio, se puede conseguir que entiendan los diferentes tipos de patrimonio y cómo se configura su valor. Esto nos lleva a la importancia de que el maestro o maestra conozca el contexto en el que está la escuela. Es muy frecuente que los y las docentes que trabajen en pueblos, solo vayan al pueblo para trabajar, y no se hayan molestado en conocer qué ocurre fuera de las cuatro paredes de la escuela. Creo que todos y todas deberíamos ser responsables de interesarnos por conocer el ambiente en el que nuestro alumnado se mueve, y así tener más y mejores herramientas. ¿Cómo vamos a ayudarles a construir su identidad si ni siquiera sabemos cuáles son las tradiciones de su pueblo?
Pensando en esta idea, me puse a pensar en algo que fuera patrimonio para mi aunque pudiera no estar catalogado oficialmente como tal. Escogí la universidad como ejemplo. Tiene su componente material, el campus o los distintos edificios; componente inmaterial, su papel en la historia reciente de la ciudad, su papel en mi historia personal; y por supuesto componente espiritual, para mi representado los ideales que transmite como lugar de aprendizaje público y para todos y todas.
Al considerarla, no puedo hacerlo sin su contexto: la conflictiva relación entre integrantes y el poder, la influencia que tiene la UN sobre la oferta académica... Los valores de quienes la diseñaron y la mandaron construir, de quienes la gestionan y quienes la habitan también forman parte de cómo concibo yo la universidad como patrimonio, como parte de mi identidad y de la identidad de la sociedad.
Al igual que este proceso reflexivo me ha ayudado a comprender qué es patrimonio, y así poder extrapolarlo a otros tipos de patrimonio, los niños y niñas pueden seguir este mismo proceso. Una comprensión y una vinculación con el patrimonio, nos invita a conservarlo y protegerlo. Siguiendo con el ejemplo de la universidad; si entiendes que forma parte de ti, de tu identidad, la defenderás de mercantilismos y privatizaciónes.
Al considerarla, no puedo hacerlo sin su contexto: la conflictiva relación entre integrantes y el poder, la influencia que tiene la UN sobre la oferta académica... Los valores de quienes la diseñaron y la mandaron construir, de quienes la gestionan y quienes la habitan también forman parte de cómo concibo yo la universidad como patrimonio, como parte de mi identidad y de la identidad de la sociedad.
Al igual que este proceso reflexivo me ha ayudado a comprender qué es patrimonio, y así poder extrapolarlo a otros tipos de patrimonio, los niños y niñas pueden seguir este mismo proceso. Una comprensión y una vinculación con el patrimonio, nos invita a conservarlo y protegerlo. Siguiendo con el ejemplo de la universidad; si entiendes que forma parte de ti, de tu identidad, la defenderás de mercantilismos y privatizaciónes.
Un punto muy positivo de transmitir a los niños y niñas la importancia del patrimonio es precisamente la importancia de su aspecto inmaterial. Como vimos en clase, lo importante del patrimonio no es la parte material, el objeto en sí, sino lo que ese objeto representa para ti. Sin nuestros recuerdos, sin nuestra historia, no somos nada. El caso del monolito de Germán es muy ilustrativo para esto. Cuando en 2007 el Ayuntamiento de Pamplona decidió colocar la Estatua del Encierro en el lugar en el que estaba ubicado el monolito en recuerdo a German, mucha gente protestó. Esa protesta no iba dirigida al monolito en sí, sino a la escasa consideración de las instituciones al suceso y su convicción por ocultarlo e intentar borrar la historia de la ciudad, de nuestra historia. Pero la memoria, el patrimonio y la identidad no se pueden borrar. Se puede tratar de dificultar su recuerdo, de tratar de esconderlo, pero nuestras ideas residen en nosotros y nosotras.
Aquí los museos también tienen un papel clave. Contienen potencial patrimonio y con una apropiada acción educativa se puede conseguir que los públicos patrimonialicen ese arte y lo hagan suyo.
Como conclusión me gustaría decir que no se pueden separar la educación artística y la educación patrimonial como dos realidades diferentes. No hay nada que sea ajeno a la cultura, siendo el arte parte de ella, y por tanto la educación artística un tipo de educación cultural, incluyéndose así lo patrimonial.