¿Qué nos aporta el arte?
Al pensar en la respuesta a esta pregunta pensamos en el desarrollo del sentido estético, la expresión de sentimientos… todo eso es cierto, pero además, mediante el arte también se puede desarrollar el cognitivismo, el autoconocimiento, el significado de la realidad… Aspectos que finalmente van a repercutir a que seamos personas más integras y completas.
Las artes se relacionan con la inteligencia. Pero, ¿Qué es la inteligencia? La respuesta a esta pregunta siempre es objeto de polémica; las distintas definiciones se pueden clasificar en dos grandes grupos.
La definición tradicional de inteligencia tiene que ver con símbolos cerrados. Así, la inteligencia se reduce a la habilidad en el área lógico-matemática y al lenguaje escrito, por considerarse las que tienen más peso en el currículo. Por tanto, es algo cuantificable y medible mediante test de coeficiente intelectual, dando esto pie a que enseguida se clasifique como "no válidos" a los niños y niñas que por determinadas circunstancias no se adaptan bien a este tipo de pruebas.
Esa definición hoy en día se considera reduccionista, y se puede definir la inteligencia como la capacidad que tiene cada persona para resolver los problemas a los que se enfrenta en la vida. De hecho, se habla de Inteligencias Múltiples, teoría propuesta por Howard Gardner en la que afirma que hay 8 inteligencias diferentes.
El caso es que, como he dicho antes, el que el arte se relacione con la inteligencia de una u otra manera dependerá de la concepción que tengamos de inteligencia.
Comenzaré por explicar cómo se relaciona con la visión más tradicional de inteligencia. Esta visión, como he explicado, se relaciona con el pensamiento matemático. También se le puede llamar conocimiento estructurado. Las matemáticas están formadas principalmente por cuatro dimensiones: razonamiento abstracto, numérico, verbal y espacial. Las artes plásticas están muy vinculadas a esta última, la capacidad espacial, ya que en la creación de obras plásticas continuamente se representan espacios, volúmenes, distancias y distintos planos de objetos. Todo esto pone en juego la inteligencia espacial, que se desarrolla mediante el ejercicio. (Fuente: Por qué enseñar arte)
La segunda visión que he dado de inteligencia, como podemos ver, es más subjetiva, más cualitativa y más abierta. Se define como la capacidad de resolver problemas a los que te enfrentas. Para avanzar y superar los obstáculos de la vida, es necesario tener la capacidad de cambiar de acuerdo con el contexto, de adaptarnos a él. Y para ello precisamos de estrategias para avanzar y elegir qué opciones son más adecuadas. Se requiere de una interpretación y una comprensión profunda de la realidad.
Al hablar de una obra de arte se ponen en práctica las habilidades que desarrollan esta faceta del cognitivismo. Una obra de arte puede verse de muchas maneras diferentes: desde un punto de vista descriptivo, filosófico, político, histórico, desde el punto de vista de la técnica, comparándolo con otras obras… y todas estas formas de interpretar la obra se suman, nunca se anulan. Que una persona diga que un cuadro tiene mucho color verde y otra diga que representa la rebeldía no significa que solo una de los dos tenga razón; ambos lo observan desde una perspectiva diferente, que sumándolas construyen un significado más completo y rico de la obra.
La definición tradicional de inteligencia tiene que ver con símbolos cerrados. Así, la inteligencia se reduce a la habilidad en el área lógico-matemática y al lenguaje escrito, por considerarse las que tienen más peso en el currículo. Por tanto, es algo cuantificable y medible mediante test de coeficiente intelectual, dando esto pie a que enseguida se clasifique como "no válidos" a los niños y niñas que por determinadas circunstancias no se adaptan bien a este tipo de pruebas.
Esa definición hoy en día se considera reduccionista, y se puede definir la inteligencia como la capacidad que tiene cada persona para resolver los problemas a los que se enfrenta en la vida. De hecho, se habla de Inteligencias Múltiples, teoría propuesta por Howard Gardner en la que afirma que hay 8 inteligencias diferentes.
El caso es que, como he dicho antes, el que el arte se relacione con la inteligencia de una u otra manera dependerá de la concepción que tengamos de inteligencia.
Comenzaré por explicar cómo se relaciona con la visión más tradicional de inteligencia. Esta visión, como he explicado, se relaciona con el pensamiento matemático. También se le puede llamar conocimiento estructurado. Las matemáticas están formadas principalmente por cuatro dimensiones: razonamiento abstracto, numérico, verbal y espacial. Las artes plásticas están muy vinculadas a esta última, la capacidad espacial, ya que en la creación de obras plásticas continuamente se representan espacios, volúmenes, distancias y distintos planos de objetos. Todo esto pone en juego la inteligencia espacial, que se desarrolla mediante el ejercicio. (Fuente: Por qué enseñar arte)
La segunda visión que he dado de inteligencia, como podemos ver, es más subjetiva, más cualitativa y más abierta. Se define como la capacidad de resolver problemas a los que te enfrentas. Para avanzar y superar los obstáculos de la vida, es necesario tener la capacidad de cambiar de acuerdo con el contexto, de adaptarnos a él. Y para ello precisamos de estrategias para avanzar y elegir qué opciones son más adecuadas. Se requiere de una interpretación y una comprensión profunda de la realidad.
Al hablar de una obra de arte se ponen en práctica las habilidades que desarrollan esta faceta del cognitivismo. Una obra de arte puede verse de muchas maneras diferentes: desde un punto de vista descriptivo, filosófico, político, histórico, desde el punto de vista de la técnica, comparándolo con otras obras… y todas estas formas de interpretar la obra se suman, nunca se anulan. Que una persona diga que un cuadro tiene mucho color verde y otra diga que representa la rebeldía no significa que solo una de los dos tenga razón; ambos lo observan desde una perspectiva diferente, que sumándolas construyen un significado más completo y rico de la obra.
Voy a explicar esto mediante un ejemplo más concreto:
Este cuadro se llama Los fusilamientos del 3 de mayo, y es una obra de Francisco de Goya. Al analizar esta obra podemos hacerlo desde distintos puntos de vista:
- Estilístico: Romántico
- Formalista: colores oscuros, contraste de la oscuridad con el blanco de la camisa de uno de los hombres representados, el juego de luces y sombras, etc.
- Histórico: fusilamientos tras el estallido de la Guerra de la Independencia de 1808
- Ideológico: se posiciona de forma contraria a esa violencia e irracionalidad del ser humano.
Se podría profundizar mucho más y analizarlo desde otros puntos de vista, pero creo que con este esbozo es suficiente para aclarar mi explicación. Como se puede ver, las distintas interpretaciones no tienen por qué contradecirse entre ellas. Es más, cuantas más interpretaciones se den, más completo y rico será el significado que se le de a la obra. En este sentido el arte abre nuestra mente, nos hace ver que no todo es blanco o negro, que hay preguntas que tienen mil respuestas y que puede ser interesante escucharlas todas.
El arte nos ayuda a construir significados. Para construirlos muchas veces nos guiamos de la intuición. Lo mismo ocurre en muchas decisiones que tomamos a lo largo de la vida: a menudo nos encontramos con demasiados datos, con datos ambiguos o con falta de información, pero eso no nos impide tomar decisiones, ya que nos guiamos de nuestra intuición. Por ejemplo, a la hora de embarcarnos en una relación amorosa muchas veces es la intuición la que dictamina que lo hagamos o no. Las artes nos ayudan a potenciar esta capacidad de intuición.
El arte nos ayuda a comprender que el conocimiento se construye entremezclando ideas, inspirándote en el pasado e innovando. Esta superposición de conocimientos consigue que avancemos y crezcamos. Así, como ejemplo, voy a utilizar el cuadro anterior de Goya, y este cuadro de Picasso. Para dibujar este cuadro, Picasso se insipró en Goya, en la forma de colocar a unos y otros, vencedores, vencidos… Lo hizo como crítica a otra batalla diferente, en otro contexto diferente, pero se valió de la idea de Goya y le dio su propia visión. (Fuente)
En arte se relacionan todas las materias de la vida, se aglutina el conocimiento. Pocos días atrás pude ver en el periódico un ejemplo de esto. Un físico, Javier Tejada, puso en relación la física y el arte, y cómo ambos habían abordado el tema del tiempo, “uno de los enigmas de la humanidad”. (Fuente: Diario de Navarra)
Por ejemplo, esta obra sirve para explicar una compleja propiedad de la física cuántica: una partícula puede estar en dos lugares a la vez, representado en una persona que simultáneamente miente y dice la verdad. Aquí el arte sirve para representar una realidad difícilmente comprensible de otra manera.
El arte forma parte de un contexto, del contexto en el que nos movemos. Para actuar de forma consciente en nuestro entorno es necesario conocerlo y entender sus símbolos. Por tanto conocer y comprender el arte nos hace ser sujetos activos, receptores conscientes y críticos. Entender la simbología artística será entender en cierto modo la simbología social. El arte es un retrato de cómo la sociedad se ve a sí misma, y cómo se ha visto a lo largo de su historia. Así se propicia "la integración del individuo al ámbito cultural que le es propio" (Fuente: Porque enseñar arte)
Mediante el arte podemos construir nuestra propia identidad.
Podemos pasar de ser únicamente consumidores de imágenes a actuar como sujetos activos mediante la creación de obras. Por ejemplo, la fotografía nos permite jugar entre la verdad y la ficción, entre lo que somos y lo que deseamos "construir nuevas formas de vernos y de ser vistos por los demás" (Imaginar otras realidades). Esto lo pudimos ver en el Centro de Arte Contemporáneo de Huarte, en la obra Fallas de María Alché. La artista había realizado un trabajo en el que se colocaba a sí misma en imágenes familiares en las que físicamente parecía imposible que estuviera, como el momento en el que se conocieron sus padres, en la imágen de abajo. Mediante el tratamiento de la imágen pudo construir un entorno imaginario.
Podemos pasar de ser únicamente consumidores de imágenes a actuar como sujetos activos mediante la creación de obras. Por ejemplo, la fotografía nos permite jugar entre la verdad y la ficción, entre lo que somos y lo que deseamos "construir nuevas formas de vernos y de ser vistos por los demás" (Imaginar otras realidades). Esto lo pudimos ver en el Centro de Arte Contemporáneo de Huarte, en la obra Fallas de María Alché. La artista había realizado un trabajo en el que se colocaba a sí misma en imágenes familiares en las que físicamente parecía imposible que estuviera, como el momento en el que se conocieron sus padres, en la imágen de abajo. Mediante el tratamiento de la imágen pudo construir un entorno imaginario.
Con esto podemos aprender que se puede dar veracidad a la ficción, y por tanto, podemos deducir que muchas de las obras e imágenes que vemos no son la copia veraz y objetiva de la realidad que les atribuimos que son.
Por útimo me gustaría destacar el valor que el arte tiene por sí mismo, del valor intrínseco del arte. Por la satisfacción que se obtiene por el mero placer de realizarlo y de vivirlo, sin tener que esperar nada más.
Aunque, como ya hemos visto, sí que se recibe mucho más.
Aunque, como ya hemos visto, sí que se recibe mucho más.